En la mañana del sábado 15 de diciembre, el muelle de Muros fue el escenario de una actividad que inicialmente sorprende por su complejidad y que posteriormente lo hace por los resultados alcanzados.
Esta iniciativa, promovida por nuestro GALP Costa Sostible, consiste en la organización de una jornada de aproximación al medio marino a través de las embarcaciones tradicionales para colectivos con discacapacidad visual.
Los veleros son de por sí un espacio muy complejo para manejarse con soltura, esto se agrava cuando hablamos de las hermosas embarcaciones tradicionales: muchos cabos, el movimiento de las velas, falta de espacio… todo contribuye a complicar la estancia a bordo. Si a esto se añade la discapacidad visual, parecería que nos enfrentamos a una ecuación imposible.
Aquí es donde destaca la labor realizada por la psicóloga Rocío Gómez Juncal y por el personal de la Fundación ONCE. Su tarea ya comenzó hace unas semanas con una preparación previa para que los patrones adaptasen su mecánica a la situación a la que se iban a enfrentar.
También resultaron de gran valor los materiales de ayuda, tanto los elementos en lenguaje braille como las maquetas de las embarcaciones gracias a las cuales los participantes podían “reconocer” previamente el espacio con el que se iban a encontrar.
Las habilidades adquiridas gracias a la formación de la ONCE hacen el resto, y los participantes se manejan con una sorprendente soltura, que les permite lucir aún más sus capacidades, como por ejemplo su habilidad para percibir las variaciones del viento.
En definitiva, una hermosa jornada que ha puesto en contacto mundos muy separados, pero que gracias a la labor de los patrones, de las asociaciones culturales, de la Consellería do Mar, del Concello de Muros, de Bluscus (www.bluscus.es), empresa encargada de la organización del evento, y del personal de la ONCE (www.fundaciononce.es) resulta plenamente exitosa. Para continuar con este empeño de Rocío Gómez solo queda esperar a nuevas ediciones, en las que nos queda desear que el tiempo sea más benigno, aunque como reza el dicho: “un mar en calma nunca hizo experto a un marinero”.